domingo, 29 de abril de 2012

Un Estado, Una Familia

Algunas veces uno percibe que un País, un Estado, es como una gran familia. En términos económicos hay unos ingresos y unos gastos, tanto unos como otros se distribuyen de una determinada manera. Ganas más, aportas más, ganas menos, aportas menos, protección a los más débiles... Por eso, cuando intento equiparar lo que hace el gobierno con lo que se hace en una familia normal, no lo entiendo.

Imaginemos una familia, teniendo en cuenta el parentesco hasta segundo grado, es decir, abuelos, padres, hijos, tíos y primos. En esta familia, algunos aportan atendiendo a su ingresos, para comida, vestido, hipoteca, cosas de la casa, en fin, todo tipo de gastos, y otros no aportan (hijos en edad escolar, parados..) por no tener ingresos aunque también disfrutan de lo que ponen en común el resto. Si las cosas van bien y hay dinero para todo no hay problemas, salvo los típicos de una familia por la convivencia.

Pero qué pasa si las cosas empiezan a ir mal, como por ejemplo en la situación actual de crisis. Pues como en toda familia, hay que ajustarse el cinturón. ¿De dónde podemos recortar para llegar a fin de mes? Se puede recortar de salidas a comer o cenar, usar menos el coche y más el trasporte público, hacer un uso más inteligente de la luz, agua o gas. Se mira más "la peseta", como se decía antiguamente.

De lo que no se recorta es de la educación de los más pequeños ya ellos son el futuro de la familia. Se les puede cambiar de un colegio de pago a uno concertado o público, siempre y cuando el nuevo colegio nos ofrezca la misma o mayor confianza que el anterior, pero en ningún caso se plantea el comprarles menos libros, no comprarles una calculadora o que no usen la ruta escolar por ir andando ya que se entiende que su educación será deficiente.

Con respecto a la sanidad, creo que ninguna familia dejaría de llevar a sus miembros enfermos al médico por ahorrar o no gastaría en medicamentos para llegar a fin de mes. La salud es lo primero y de estos gastos no se recorta.

Dada la situación de crisis es probable que haya en paro bastantes más miembros de los habituales por lo que, en la medida de lo posible, ese tío o primo que tiene empresas siempre puede ayudar a alguno o algunos parados de la familia dándoles trabajo en una de sus empresas. Cuando la situación económica va bien es el sector privado el que debe dar empleo a una sociedad, cuando las cosas van mal es el sector público el que se tiene que arrimar más el hombro. En nuestro caso, el sector público sería ese familiar que tiene posibilidad de dar trabajo. Pero si no fuese posible, la familia se hace cargo del parado para que no le falte lo necesario porque él en su momento ingresó dinero. Los objetos se pueden tirar si no son útiles, las personas no.

Y esos amigos del continente americano o de Europa del este que vinieron a nuestra casa, a vivir con nosotros y que aportaron cuando tuvieron trabajo, no está bien que ahora si no tienen les echemos de nuestra casa. Parece una actitud un tanto egoísta, si aportas te quedas, pero cuando no aportes, a la calle.

Tampoco parece justo que ahora que las cosas van peor, el familiar que tiene las tropecientas empresas y que no aportó en su momento lo que tenía que aportar por sus ingresos, ahora se lo perdonemos o que le sigamos permitiendo dar menos porque su dinero está en SICAV y demás productos que permiten aportar muy poco al conjunto de la familia. Ya que va en detrimento de toda la familia.

En definitiva, ¿por qué el gobierno hace recortes que en nuestra familia no haríamos? Quizá porque este gobierno sólo piensa en una parte de la familia.

jueves, 12 de abril de 2012

Sobre las compañías de teléfonos

Me he cambiado de operador para el móvil. Es la primera vez que incumplo un contrato, pero entre que no estaba muy contento con los servicios que me daban, y que la nueva compañía me ofrece algo que se adapta mejor a mis necesidades, pues he decidido pagar la penalización, ya que me compensa, y probar suerte por otros lares.

Yo uso mucho Internet y con los teléfonos inteligentes actuales llevas Internet en el bolsillo, ves el correo en el momento, te ríes con el comentario que hace en facebook o twitter un amigo tuyo que está en la otra punta del mundo. Te puedes guiar por el GPS para ir a un sitio, pero antes miras si tienes que salir de casa con paraguas, ya no veo al famoso hombre/mujer del tiempo, lo veo en el teléfono. Al igual que el periódico me da las últimas noticias actualizadas sin esperar a comprarlo mañana por la mañana.

En fin, muchas cosas, y también hablo por teléfono, aunque es lo que menos hago y la mayoría de las veces llamo vía internet. En definitiva, yo, como mucha gente, llevo un pequeño ordenador en el bolsillo que además sirve para llamar. Y en el caso de que tuviera que elegir entre internet y las llamadas tradicionales de voz, me quedaría con internet sin dudarlo, porque podría seguir comunicándome por mensajería o redes sociales.

Entonces, ¿por qué motivo mi antigua compañía de teléfono, que es una multinacional con sesudos analistas y con montones de estudios de mercado, no se da cuenta que como yo hay miles y miles de personas en España y millones en todo el mundo que hablamos poco y usamos mucho internet? Yo creo que es porque están basados en un sistema de años atrás donde lo que importaba y por lo que se cobraba eran las llamadas de voz.

Estaría bien que tuviesen en cuenta, como es el caso de los operadores móviles virtuales (OMV), las necesidades de la mayoría de los jóvenes, y no tan jóvenes, que usan  más las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales que llamar propiamente por teléfono (a lo sumo para hacer una llamada perdida que significa "ya estoy aquí" o "ya he llegado").

Deberían dar a precios razonables conexiones de datos amplias sin estar pendiente del mensaje "llevas el 80% consumido de tu tarifa de datos", y tu pensando "pero si todavía estamos a día 7, menudo mes me espera".

No se puede cobrar lo que cobran por usar internet fuera de tu país (roaming), y no digamos si vives en un pueblo o cuidad fronteriza donde unas veces coges un satélite de tu país y otras del país vecino.

Claro, así pasa que mes a mes las tres grandes operadoras de este país, movistar, vodafone y orange, pierden clientes en favor de las OMVs. Y aunque aquellas no dejan de ganar dinero porque les alquilan sus redes a éstas, la imagen de marca que dan deja bastante que desear.

Por lo pronto yo he pasado de pagar 47 euros al mes a aproximadamente 10.

lunes, 9 de abril de 2012

Nueva York

Artículo de Gema Theus, Psicóloga y escritora.

Viajar es una de mis formas preferidas para aprender, no solo geografía e historia sino sobre todo tolerancia. El estar cerca de otras personas de cualquier raza o color cuyas costumbres, creencias y formas de vida son muy distintas a las propias te enseña a comprender y a ser tolerante, ya que en el fondo, son personas cuyas motivaciones y sentimientos básicos son muy similares a los tuyos.




En cada sitio al que voy, aprendo, e incluso cuando repito y vuelvo al cabo de unos años, como en este caso a Nueva York, descubro nuevas cosas que me sorprenden y me hacen pensar.

No voy a decir nada sobre lo que todo el mundo sabe acerca del encanto que tiene esta ciudad tan especial, ni de sus rascacielos, ni de su comida, ni de la zona cero…

martes, 3 de abril de 2012

Responsabilidad Social Empresarial: gestión, comunicación y reputación

Artículo firmado por Juana Pulido publicado por la Revista de Comunicación, 02/04/2012.
La Comisión Europeaha presentado una nueva definición de la RSE según la cual ésta es “la responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad”.
Para asumir su responsabilidad social, las empresas deben aplicar, en estrecha colaboración con las partes interesadas, un proceso destinado a integrar las preocupaciones sociales, medioambientales y éticas, el respeto de los derechos humanos y las preocupaciones de los consumidores en sus operaciones empresariales y su estrategia.
Con los objetivos de, por una parte, maximizar la creación de valor compartido para sus propietarios/accionistas y para las demás partes interesadas y la sociedad en sentido amplio, y por otra, identificar, prevenir y atenuar sus posibles consecuencias adversas. Así se expresóla Comisión Europeaen su comunicación al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité económico y social y al Comité de las Regiones el pasado mes de octubre en Bruselas.
Si bien la creación de valor entra en el ideario de la Comisión, lo cierto es que las empresas están teniendo verdaderas dificultades para convencer a sus Consejos de Administración y, por extensión, a sus accionistas de que la RSE es verdaderamente rentable. Ni siquiera la existencia de índices selectivos de sostenibilidad -Sustainability Asset Management (Dow Jones Sustainability Indexes), EIRIS (FTSE4Good), Vigeo (Ethibel Excellence y Aspi Index), Oekom Research (Global Challenges Indexes), Sustainalytics (Jantzi Social Index) o E-Capital Partners (ECPI Ethical Indexes)- ha animado a considerar la rentabilidad de invertir en RSE.