RTVE cerró 2010 con 1.187,7 millones de euros de gasto, y más de un tercio es gasto de personal y otro tanto, gastos generales. Según las previsiones de RTVE la reducción de la subvención estatal en 200 millones provocaría que el grupo cerrara 2012 con un déficit que rondaría los 215 millones.
Así las cosas, la preocupación de los empleados de RTVE es más que razonable. La posibilidad de volver a incluir la publicidad como una fuente de financiación debería ser aprobada por el Parlamento. ¿No merecería al menos una reflexión por parte de los señores y señoras diputados?
Hoy algún medio de comunicación hacía quinielas de quién podría ser el próximo presidente de RTVE, pero lo realmente importante no es quién va a ser el presidente, sino cómo va a gestionar una entidad sin ingresos publicitarios y con un presupuesto cada vez más reducido.
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